Las aventuras de Miguel Littín clandestino en Chile

Las aventuras de Miguel Littín clandestino en Chile
Gabriel García Márquez
Editorial Diana
México, 1986
pp.152


En 1983, después de 10 años de dictadura, el gobierno del dictador Augusto Pinochet (1915-2006) emite una lista con los nombres de los desterrados a los que se les permite regresar a Chile.

El director de cine Miguel Littín Cucumides (1942) no se encuentra en esa lista, pero sí en la de las personas a la cuales se les prohíbe regresar al país.

A principios de 1985, Littín decide ingresar a Chile en forma clandestina con la cobertura de un hombre de negocios uruguayo.

Durante seis semanas filma, con tres equipos, más de siete mil metros de película para un documental sobre la realidad de su país después de doce años de dictadura militar.

Realiza entrevistas con personas comunes y corrientes y también con gente de la resistencia que operan clandestinamente.

En su trabajo se enfrenta a situaciones de alto riesgo, que ponen en peligro su vida, y mantiene especial cuidado en la estrategia para mantenerse de incógnito.

Littín tiene éxito en lo que se propone, y logra abandonar Chile cuando las autoridades chilenas ya habían descubierto su presencia en el país y elementos de seguridad vigilaban el aeropuerto para aprenderlo.

El resultado de su proyecto es un documental de cuatro horas para la televisión y de dos horas para el cine con distribución mundial.

Gabriel García Márquez (1927-2014), Premio Nobel de Literatura 1982, a partir del testimonio directo de Littín redacta este libro en estilo de reportaje periodístico, ágil y conciso, el género en que se inició como escritor el colombiano.

El libro fue publicado en 1986 y en febrero de 1987, el Ministerio del Interior de Chile reconoció haber quemado 15,000 copias de la primera edición del libro por órdenes del dictador.

Han pasado los años y la historia contada por García Márquez sigue siendo interesante por sí misma, por recordar esa época de Chile y América Latina, que ahora, 33 años después, se repite en Venezuela y Nicaragua, y por la brillantez del relato del Nobel.

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