Josué

Josué

Biblia de América

PPC Editorial 

Madrid, 2013


En hebreo Sefer Yehoshúa es el primer libro de losNevi’im, que es la segunda de las tres partes en que se divide el Tanaj (La Ley, Los Profetas y los otros escritos), que es la manera como la religión judía divide los textos que las distintas denominaciones cristianas nombran el Antiguo Testamento. Este es el primer libro de los calificados como históricos y forma parte de lo que los estudiosos llaman la historia deuteronomista, que se integra con los textos de Josué, Jueces, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes.

 

Distintos autores sitúan los hechos que se narran hacia el siglo XII a.C. y otros a principios del siglo XV a.C. El libro se redactó durante el exilio de Babilonia en el siglo VI a.C. Es cuando el pueblo se encuentra lejos de su tierra. Algunos críticos afirman que la versión final es posterior al exilio y se hizo entre el 440 a.C. al 400 a.C.

La historia deuteronomista se escribe, pues, desde la experiencia del exilio. La desesperanza se apodera de los creyentes en Dios, Jerusalén y el templo han sido destruidos, el rey y el pueblo están desterrados y la tierra prometida ocupada por otros pueblos. En su narración los autores deuteronomistas releen la historia de la entrada a Canaán y presentan a las doce tribus organizadas de manera perfecta y en una acción que revela altos niveles de unidad.

La investigación histórica da cuenta de otra realidad. La entrada a la tierra prometida se dio en un proceso de varios siglos. Hubo tribus que nunca abandonaron los territorios de la tierra prometida; otros que salieron de Egipto en diversos momentos y, por lo tanto, necesariamente tuvo que haber diferentes entradas a Canaán; éstas se realizaron en tiempos y lugares distintos y también con métodos diferentes, que incluye la conquista militar, pero también los asentamientos progresivos y pacíficos.

Los autores deuteronomistas trabajan el texto a partir de fuentes y materiales anteriores, que se originan en la tradición oral, y reúnen relatos, listas de personas y memoriales que proceden de los archivo de la corte en el exilio. El libro se organiza en tres partes: la conquista de Canaán guiados por Josué (1-12), que incluye la caída de Jericó (6), el sitio de Gabaón, y la victoria de Josué (10); el reparto de la tierra prometida entre las tribus de Israel (13-22); los discursos de despedida de Josué y su muerte (23-24). El personaje central es Josué que sucede a Moisés, después de su muerte, en el liderazgo de su pueblo. Tiene la misión de conducirlo a ocupar la tierra prometida.

El género literario del texto, como los que integran el Pentateuco y los libros históricos, es histórico-teológico. Se toman algunos datos históricos, pero sobre ellos se teologiza. La intención siempre es teológica y nunca histórica. La idea es clara: Dios cumple con su promesa al entregar a su pueblo la tierra prometida. El habitar en ella es signo evidente de que el pueblo se mantiene fiel a la alianza con Dios. Esta historia leída desde el destierro sólo tiene una interpretación teológica: El pueblo ha incumplido la alianza, ha fallado a Dios, y por eso ha sido desposeído de su tierra y enviado al exilio. En cambio, cuando los israelitas ocuparon la tierra prometida se mantuvieron unidos y no se apartaron de lo pactado con Dios.

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