I Reyes

I Reyes

Biblia de América

PPC Editorial

Madrid, 2013

 


I Reyes, forma parte de los Nevi’im, que es la segunda sección del Tanaj (La Ley, Los Profetas y los otros escritos) el libro sagrado de los judíos, y el décimo libro del Antiguo Testamento de los cristianos. Es el quinto de los libros históricos que se conoce como la historia deuteronomista, que se integra con los textos de: Josué, Jueces, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes.

Los acontecimientos que se narran comprenden el tiempo que va del ascenso del rey Salomón al trono en 971 a.C. hasta el reinado de Ocazías en 853-852 a.C. Al esplendor de los reinos de David y Salomón inicia la decadencia. Israel se divide en dos reinos, el de Judá y el de Israel. En Israel reinan: Jeroboán (931-910 a.C.), Nadab (910-909 a.C.), Basá (909-885 a.C.), Elá (885-884 a.C.), Zimirí (884 a.C.), Omrí (884-874 a.C.), Ajab (874-853 a.C.) y Ocazías (853-852 a.C.). En Judá: Roboán (931-914 a.C.), Abdías (914-911 a.C.), Asá (911-870 a.C.) y Josafat (870-848 a.C.)

Los primeros once capítulos dan cuenta del reinado de Salomón. Se le presenta como un buen rey, fiel al Dios de Israel, pero al final le es infiel. Él, según el relato, “se enamoró de muchas mujeres extranjeras” que “desviaron su corazón a otros dioses”. Así, rompe su alianza con Yahvé. A su muerte el reino unificado se divide. Judá es gobernada por Roboam, hijo de Salomón, mientras que Israel elige como soberano a Jeroboán. Los otros once capítulos narran la historia de los reyes de Judá e Israel. A muchos se les presenta como gobernantes malos e idólatras. El profeta Elías trata de que los israelitas vuelvan a dar culto a Yahvé, para eso desafía a los sacerdotes de Baal. Es perseguido y escapa de morir, pero no logra su objetivo.

Los investigadores sostienen que I y II Reyes fueron en el origen un sólo libro y otros plantean que los dos libros de Samuel y los dos de Reyes fueron un mismo texto, que después, en razón de su tamaño, se dividió en cuatro, para hacerlo más manejable. Los traductores de la versión de los LXX son quienes los separan. La traducción de los LXX, del hebreo y arameo al griego, se inicia en el siglo III a.C. (c.280 a.C.), y concluye hacia finales del siglo II a.C. (c. 100 a.C.).

En el siglo VI a.C., en el destierro de Babilonia, se elabora la versión final del texto. Los materiales que se utilizan son de origen tradicional y redaccional. Los primeros proceden de fuentes históricas y proféticas. Los segundos son ideas religiosas propias de los redactores deuteronomistas que articulan los relatos ya existentes en el esquema histórico-teológico que ellos desarrollan y es el texto que conocemos.

En 587 a.C. Jerusalén es conquistada por Babilonia. Los sueños de grandeza de Israel se disipan. Desde el exilio se intenta una explicación teológica, no histórica, de lo que pasó. Los escritores-teólogos deuteromistas plantean que Israel ha recibido este castigo porque el pueblo y sus gobernantes fueron infieles a la Alianza con Yahvé. Éste es fiel a su promesa, pero el pueblo y los gobernantes no. Es desde la teología del pecado que se estructura la historia de los reyes de los que se da cuenta en el libro. Es por sus pecados que Israel se encuentra cautivo. Solo algunos reyes del sur se libran del juicio general. Son la excepción. Se les juzga desde la óptica de la fidelidad en el marco de una teología de la gracia, que es más optimista que la visión de los teólogos deuteronomistas. Porque ellos sí han sido fieles a la Alianza les va bien y permanecen al amparo de Yahvé.

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