Nos vemos allá arriba

Nos vemos allá arriba
Pierre Lemaitre
Editorial Salamandra
Madrid, 2016
Pp. 448


En noviembre de 1918, días antes del armisticio, el teniente d’Aulnay-Pradelle, un aristócrata venido a menos, ordena un ataque en el que son heridos los soldados Albert Maillard y Édouard Péricourt. Maillard ve como el teniente mata a dos de los suyos, para provocar la reacción de la tropa y lanzarla a la lucha. Al fin de la guerra, ya sin mayores problemas, quiere cubrirse de gloria y ser reconocido como un héroe.

Péricourt, viene de una familia rica y tiene una habilidad especial para el dibujo. En el combate pierde la mandíbula inferior. Se niega a las cirugías que le pueden reconstruir esa parte de la cara y también volver a encontrarse con su padre y hermana. Maillard, de origen modesto, es rescatado de morir asfixiado por Péricourt. Se siente en deuda con él y le ayuda a cambiar de identidad, para que sea dado por muerto.

La hermana de Péricourt, Madeleine, aparece en el cuartel, todavía los soldados no han sido desmovilizados, para llevarse el cuerpo de éste a la tumba familiar. Pradelle es quien la recibe y hace que Maillard identifique la supuesta tumba del hermano. Los dos saben que no es real. A partir de este encuentro Madeleine y Pradelle se relacionan y finalmente se casan.

Péricourt y Maillard, ya desmovilizados, se van a vivir a un barrio pobre de París. Sus condiciones son precarias. El teniente empieza pronto a enriquecerse con negocios fraudulentos. Le ayuda el estar casado con la hija de un hombre rico e influyente. Su empresa debe de exhumar los cadáveres de los caídos en la guerra y luego enterrarlos en los nuevos panteones diseñados para eso.

Péricourt, con el apoyo de Maillard quien lo cuida y consigue la heroína que consume, diseña una gran estafa. Es un negocio de monumentos patrióticos, para los caídos. Los hay de todos precios. Hace los dibujos de las esculturas e imprimen un álbum con ellas, para comercializarlas. Los pedidos empiezan a llegar de toda Francia y con ellos los depósitos a la cuenta que han abierto en el banco donde trabaja Maillard, que es propiedad el padre de Péricourt.

Pradelle es descubierto en el fraude y solicita apoyo de su suegro, pero éste no se lo da. Madeleine, que ya tiene un hijo con él, rompe su relación. Ella sabe que siempre la ha engañado con otras mujeres. El banquero padre de Péricourt ordena, a través de la alcaldía, una escultura que va a donar. Llega el proyecto, son bocetos que ha hecho de su hijo, y se encanta con ellos.

El fraude está a punto de descubrirse, Maillard, que se ha puesto de novio, y Péricourt deben huir con el dinero. Se han quedado de ver en la estación del tren. El tiempo pasa. Maillard se da cuenta que su compañero nunca pensó en ir a la cita. Todo lo ha hecho por él. El padre de Péricort está a punto de llegar al hotel donde ahora sabe vive el estafador de toda Francia. Lo quiere conocer.

La novela ganó el Premio Goncourt 2013. Las escenas bélicas solo ocupan tres capítulos, pero toda la historia está dentro del espíritu militar de la época y de las consecuencias del conflicto en la vida de las personas. Denuncia el mercado que se hizo con las tumbas de los caídos y los múltiples homenajes que se hicieron a los soldados que no regresaron ya cuando llega la paz.

El autor, hasta entonces poco conocido, crea una historia donde se entrelaza la vida de los combatientes. En la construcción del relato integra géneros tan diversos como las aventuras, el drama psicológico, la crónica social y política y el alegato antibélico. El tono es también variado y se expresa el humor, el coraje, la impotencia, la compasión y la solidaridad entre las personas.

Los personajes y los ambientes son creíbles y verosímiles. La narración tiene fuerza y nunca decae. La prosa es muy buena. La construcción del texto siempre mantiene el interés. Uno se quiere enterar de qué sigue y cómo va a resolver lo que viene. El público y la crítica recibieron muy bien la novela y que se le haya otorgado el premio. Hay quienes la califican como una obra maestra que va a marcar la historia de la literatura francesa. Se le ve como una fusión entre la literatura popular y la alta literatura.

A mí me gustó y me pareció que ofrece un gran mural de la Francia de la postguerra, que da cuenta de lo terrible de la guerra y de las consecuencias de la misma. Que penetra en la bondad, pero también en el lado obscuro de las personas. La leí siempre con interés y curiosidad de cómo el autor iba a seguir, la escena que continuaba. Es una novela que tiene mucho de un guión de cine.

Versión original: Au revoir là-haut, 2014. Traducción del francés al español de José Antonio Soriano Marco.

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